domingo, febrero 18, 2007
Imperialismo económico
FREAKONOMICS por Steven Levitt y Stephen Dubner. Editorial EDICIONES B. Colección CRONICA ACTUAL. Edición 2006. 256 páginas. $ 28,00.-
Steven Levitt es un economista inusual. Al menos, se ocupa de temas inusuales tales como el impacto disuasivo de la pena de muerte, la corrupción en las peleas de sumo, la estrategia para patear penales, la peligrosidad de los conductores ebrios, las finanzas de las pandillas que venden drogas, y así podríamos seguir la lista. Además, es inusual en otros sentidos porque escribe bien, enseña bien y es altamente respetado por sus pares. Es un economista de altísima calidad técnica que recibió la medalla John Bates Clark en 2003 (una distinción que se otorga cada dos años y es algo así como el premio Nobel para economistas jóvenes). Cursó su licenciatura en Harvard, su doctorado en el MIT y es profesor en Chicago, seguramente las tres mejores universidades en economía de los EE.UU. Como si fuera poco, en su edición en inglés, FREAKONOMICS es ya un best-seller que, además, continúa su vida como columna estrella en el New York Times.
Encontrar una traducción al español de FREAKONOMICS no es fácil (y la edición local no lo intenta): ECONOMIA BIZARRA es una primera pista al contenido del libro. Es economía en el método, en la manera de analizar un problema (y Keynes sostenía que eso era la economía, una forma de pensar la realidad) aunque no en la elección de los temas. Levitt no se ocupa de los precios, o la inflación, o la tasa de interés.
Seguramente la parte más importante y controversial del libro es la explicación de la caída en los indicadores de criminalidad. Como se sabe, el crimen disminuyó sustancialmente en la década pasada. Y los comunicadores televisivos no tienen razón: no fue la mano dura en la ciudad de Nueva York. El crimen bajó en todas partes y en todas sus manifestaciones. Los asesinatos bajaron un 43% entre su pico de 1991 y el año 2001 Los delitos violentos y contra la propiedad disminuyeron 34% y 29% respectivamente en el mismo período. Las explicaciones no faltan: 1) el cambio en las estrategias de la policía, 2) el aumento en la gente en prisión, 3) cambios en los mercados de crack u otras drogas duras, 4) el envejecimiento de la población, 5) un control de armas más duro, 6) la fortaleza de la economía y 7) el aumento del número de efectivos policiales son las razones más frecuentemente mencionadas. Todo esto parece razonable pero Levitt se ocupa de refutar o minimizar estos factores.
La razón de la baja en el crimen es... la legalización del aborto. En 1973, la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU., en el caso Roe versus Wade, invalidó todas las leyes estatales que restringían el acceso a un aborto durante el primer trimestre de embarazo. En la práctica, esta decisión legalizó el aborto en los EE.UU. La evidencia sugiere que esta decisión explica en buena medida la disminución del crimen. La teoría se basa en dos premisas: 1) los hijos no deseados corren mayores riesgos con relación al crimen y 2) la legalización del aborto reduce el número de hijos no deseados.
En un asunto tan delicado como el aborto, Levitt podía evitar los juicios de valor y simplemente documentar la causalidad propuesta: los hijos no deseados tienen mayores probabilidades de convertirse en criminales y, por lo tanto, la legalización del aborto reduce el crimen cuando estos chicos no deseados llegan a la edad de delinquir. De hecho, en sus trabajos académicos, Levitt evita las referencias éticas y los juicios de valor. El libro, en tanto ejercicio de divulgación, es más polémico, y tal vez comercial, por lo que Levitt no evita cierta toma de posición: “La Corte Suprema permitió el ejercicio de la voz de aquello que las madres en Rumania y en Escandinavia – y en otras partes – habían sabido por mucho tiempo: cuando una mujer no quiere tener un hijo, usualmente tiene una buena razón. Puede no tener un marido o tener un matrimonio malo. Puede considerarse demasiado pobre para educar un hijo. Puede creer que su vida es muy inestable o infeliz; o puede considerar que sus problemas con el alcohol o las drogas van a dañar la salud del bebé. Puede pensar que es muy joven o que todavía no recibió la educación suficiente. Puede querer tener un bebé con desesperación en unos años pero no ahora. Por cientos de razones, ella puede sentir que no puede generar un hogar que sea conducente a criar un hijo sano y productivo.”
¿Qué tipo de mujer – se pregunta Levitt – tiene más probabilidad de aprovechar el fallo Roe v. Wade? “Muy a menudo era soltera o adolescente o pobre, y a veces las tres cosas.” Un estudio, aporta Levitt, mostró el que el chico típico que no nació en los años tempranos de la legalización del aborto tenía 50% más de probabilidades que el promedio de vivir en la pobreza y 60% más de probabilidades de crecer con un solo padre. Y “estos dos factores, la pobreza infantil y el hogar con un solo padre, están entre los predictores más fuertes de que un chico va a tener un futuro criminal.” Crecer con un solo padre duplica la propensión a cometer un crimen. Lo mismo, tener una madre adolescente.
La legalización del aborto tuvo otras consecuencias, cuenta Levitt. El infanticidio disminuyó dramáticamente. También bajó el número de matrimonios en el transcurso del embarazo y la cantidad de niños que se entregan en adopción (lo que explica el boom en la adopción de niños extranjeros). Pero los embarazos aumentaron 30% mientras que los nacimientos cayeron 6% es decir “que muchas mujeres utilizaron el aborto como un método de control de natalidad, un tipo crudo y drástico de póliza de seguro.”
En momentos donde se plantea la discusión sobre la legalización restringida del aborto en nuestro país y donde la inseguridad sigue siendo una de las herencias de la crisis (y deuda del gobierno), los argumentos que propone Levitt no pueden pasarse por alto en forma liviana. Más aun, el análisis socio-económico del crimen se impone ahora como una necesidad de política, no para promover el aborto sino cuando más no sea para entender las causas últimas de la inseguridad. De cualquier manera, aún hay alguna discusión académica acerca de la econometría utilizada por Levitt para sostener su hipótesis sobre la relación entre la legalización del aborto y la disminución del delito. Y, por supuesto, el fuerte componente ético de la discusión también tiñe el debate. Por caso, algunos críticos de Levitt, en contra de la legalización del aborto, no cuestionan los hechos sino sus implicancias: que la mejor manera que de evitar que un chico por nacer se convierta en un criminal sea matándolo no habla bien de cómo una sociedad resuelve su problema de inseguridad es un argumento que se ha hecho contra FREAKONOMICS. De hecho, la opinión de Levitt fue requerida varias veces por periodistas portugueses debido a la consulta popular reciente en la que se despenalizó el aborto en Portuga. Levitt decidió no responder a los periodistas porque:
"After some thought, I decided not to reply to any of these press inquiries. The reason is that my research in abortion and crime, as discussed in Freakonomics, is virtually irrelevant to any discussion of whether abortion should be legal. It is true that I believe that legalized abortion, by reducing the number of unwanted children, lowers future crime. On the other hand, if you put any value on either a fetus or a woman’s right to choose, any benefits from lower crime get swamped by these other considerations. I could have tried to convey this point to the reporters, but given past interactions with journalists on this topic, that is not the answer they want to hear, and thus, not what makes it into the stories.
Ultimately, legalized abortion is a moral and political issue, not an economic one (even under my incredibly loose definition of what economics encompasses). My opinion simply doesn’t matter."
La relación legalización del aborto – disminución del delito, por importancia, roba la atención de otras partes muy interesantes de FREAKONOMICS. Por ejemplo, a partir del trabajo de campo de un estudiante de posgrado de Chicago, Sudhir Venkatesh, formando parte de una banda de traficantes de crack, Levitt y Venkatesh llegaron a la conclusión de que las pandillas funcionaban en la misma forma que cualquier empresa capitalista: “había que estar cerca de la cima de la pirámide organizacional para ganar un buen salario.” Es decir que los salarios en el crimen estaban tan sesgados como en las empresas legales. “Y un soldado a pie de una banda tenía mucho en común con quien prepara hamburguesas en McDonald o quien repone las estanterías en Wal-Mart.” Los salarios bajos, en términos absolutos y relativos, y las malas condiciones de trabajo, por ejemplo. De allí que a la pregunta extraña de porqué los traficantes viven con sus madres, la respuesta es: porque no tienen dinero para vivir solos.
Otra pregunta intrigante que se hace Levitt: ¿cómo es que el Ku Klux Klan se parece a un grupo de agentes inmobiliarios o de seguros? FREAKONOMICS explora la historia del KKK y, en particular, como la poca y mala información hacía que se le atribuyeran al KKK linchamientos de los cuales no se sabía el culpable (y de los que probablemente el KKK no era responsable). Y el KKK también era una operación que producía ingresos altos para los que, una vez más, estaban en la cima de la pirámide organizacional. Es decir, era una organización con fines de lucro. Y difundir esta información fue la mejor manera de erosionar el poder de la organización. Y la forma en la que un ex miembro del KKK, Stetson Kennedy, desengañado, lo hizo no pudo ser más extraña: a partir de filtrar a los productores del programa de radio Superman, la forma de operar del KKK que se convertiría por varios programas en el enemigo del hombre de acero. “Los productores estaban encantados. Superman se había pasado varios años peleando contra Hitler, Mussolini e Hirohito pero con el fin de la guerra necesitaba otros villanos.” ¿Ridículo? Puede ser pero un historiador citado por Levitt llamó al affaire Kennedy, “el factor más importante en evitar un renacimiento del KKK luego de la guerra en el Norte.” Información, la desaparición del secreto que hacía del KKK una organización misteriosa, fue también lo que hizo trizas las comisiones de las pólizas de seguros de vida a fines de los años 90 cuando algunos sitios de Internet comenzaron a realizar cotizaciones comparadas entre compañías. Apalancarse sobre información es también lo que hacen los vendedores de inmobiliarias cuyos incentivos son muy diferentes de los del vendedor y los de los compradores potenciales. Un estudio citado en FREAKONOMICS sostiene que un vendedor de una inmobiliaria suele tener su propia casa en venta por más tiempo y conseguir un precio más alto que cuando se trata de un cliente.
Hay mucho más en FREAKONOMICS. Además de historias insólitas hay también una excelente introducción a los principios esenciales de la economía aplicada entremezclada con esas historias. Levitt mantiene un sitio sobre el libro donde el lector puede descargar una guía para estudiar economía sobre la base FREAKONOMICS. Levitt y Dubner (el periodista que inició la idea del libro y tuvo una responsabilidad importante en la redacción) ofrecen entonces un texto muy bien escrito, con ideas importantes, en asuntos a veces importantes a veces insólitos pero reveladores. Y que muestra, además, que la economía puede ser divertida y apasionante para los no economistas. Se podrá disentir pero, seguramente, uno va a aprender y divertirse mucho con FREAKONOMICS.
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LOS PERFECTOS IDIOTAS DE PARAGUAY Toman por izquierdista a candidato financiado por la CIA, NED, USAID : FERNANDO LUGO, LA GRAN ESTAFA.
(Luis Agüero Wagner)
Una prensa maccartista que los paraguayos heredamos de Stroessner pretendió hacernos creer que el obispo “de los pobres” Fernando Lugo era un candidato de la izquierda. A ellos les planteamos estas interrogantes:
¿Es izquierdista Ricardo Canese cuando defiende la política de biocombustibles de George W. Bush?
¿Alguno de los dirigente luguistas protestó alguna vez por las injerencias de James Cason?
¿Recibe dólares de USAID la ONG “Gestión local” de Guillermina Kanonikoff y Raúl Monte Domecq?
¿Ha publicado realmente el material didáctico para comisiones vecinales para el cual supuestamente recibieron los billetes?
¿Estuvo Camilo Soares en noviembre del año 2000 en un congreso financiado por la NED?
¿Fue o no publicitado Lugo por el diario ABC color, propiedad de Aldo Zucolillo, favorecido del agente de la CIA Leonard Sussman cuando era perentorio fabricar bien remunerados disidentes a la dictadura?
¿Firmó Julio Benegas, empleado de Zucolillo, un contrato con Bryan Finnegan ( de la AFL-CIO) el 21 de Setiembre de 2005?
¿Recibió la casa de la Juventud –cuna del PMAS- 127.000 dólares de IAF en el año 2004?
¿Puede ser de izquierda gente financiada por la NED, institución creada como alternativa a la CIA por el imperio?
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